
Gomorra es un libro sobre la mafia, no es El cartel de los sapos ni mucho menos Sin tetas no hay paraíso. No es una justificación histórica como Mi confesión de Carlos Castaño, ni pretende ser una apologética de la conducta mafiosa, en la típica ambivalencia colombiana que nos lleva a condenar la riqueza obscena, legal o ilegal, pero relacionarse con ella con nexos mucho más que sutiles, que no representen un dilema moral o algo que afecte la conciencia teflon colombiana (tal vez la conciencia teflon implique el efecto teflon del afrodisíaco del poder, sin importar su poseedor).
Gomorra es una muestra de la globalización del crimen, globalización de la mercancía, del hombre y de la muerte, de la vuelta al estado de naturaleza como condición necesaria para la evolución del capitalismo salvaje, que aplica distintos productos, incluyendo sus directivos, como mercancías, desde el tráfico de personas, la haute couture italiana, pasando por el consabido narcotráfico, el tráfico de armas, la construcción y subcontratación de obras públicas hasta la disposición de residuos tóxicos.
Gomorra es una muestra de la ramificación e imbricación mundiales del Sistema, llamado anteriormente la Camorra, y de los distintos esquemas mafiosos. Sin embargo, no hay en el libro meras estadísticas ni acciones abstractas, hay nombres, fechas, clanes, historias, que son una herida constante en la historia, en la idea ilustrada que en algún momento pretendió llamarse humanidad. Su lectura, como la de pocos libros, no solamente tiene el valor de la veracidad, del reconocimiento de la falsedad de la supuesta superación del homo homini lupus, su valor radica en la intrincada relación, el valor del peonaje, del trabajo legal e ilegal, del desarrollo de la teoría del caos llevado a la práctica social en la ficción de la aldea global.
Gomorra es un reflejo de uno de los riesgos de la globalidad salvaje y por tal razón es un reflejo de nosotros mismos, una vez visto como el dinero fluye por caudales inusuales, siendo la forma más inaudita y chocante el reciente espectáculo piramidal y demegeante. Su autor, Roberto Saviano, un rock star de la libertad de expresión, amenazado de muerte por la misma Camorra a la que se ha encargado de desenmascarar mediante la narración (Como nota baladí, en un concierto dedicado a su figura, la gran Miriam Makeba, cantante de la feliz versión original del Pata-Pata –por favor, no tengamos en cuenta a El General- falleció de un ataque al corazón), considerado el nuevo Salman Rushdie, perseguido por dos de los factores desestabilizadores del actual orden mundial, ha mostrado con la vida diaria la existencia de la Camorra, como un estilo de vida, una jerarquización social, una relación orgánica, ha sido un modelo en contra del silencio cómplice, de la pregunta por la verdad en una sociedad que se engaña simultáneamente al negar la savia interna que la impulsa.

Al ver la descripción del Sistema-Camorra en la sociedad de la Campania, sólo queda preguntarse frente a la historia reciente: ¿Si Nápoles es Gomorra, Colombia será Sodoma? Pregunta que sólo con el paso del tiempo y las acciones decisivas es posible lograr respuesta alguna.
Título Gomorra
Autor Roberto Saviano
Editorial Debate
Páginas 327 p.
Año 2007
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